Lo primero que perdí en mi vida fue una pelota roja, cincuenta centavos y un calcetín verde,
Más tarde perdí a mis padres, mi sentido de la orientación y las llaves de mi casa.
Los restos de mi infancia los fui perdiendo de a poco y en grandes espacios, perdí mi habitación, un par de amigos y la costumbre de comer.
Así pues, ayer buscando entre mis olvidos me encontré en un difuso recuerdo de cuando tenía 5 años y me mecía frente a un estanque con mis zapatitos blancos, acababa de perderlo todo por primera vez, recuerdo que ese fue el primer momento en que comencé a observar la belleza de la melancolía y ahí, naufragando entre tantos instantes olvidados, descubrí que entre la pérdida y el olvido, hace mucho que elegí la pérdida.