miércoles, 12 de diciembre de 2012

LETRA 35: THESE DAYS.






Hoy, fui a visitar a mis padres y fuimos al parque para relajarnos,  pues el clima estaba agradable.

Resulta que había una boda en la zona… (lo que no es raro que ese parque).

Yo traía mi cámara y estaba tomando fotos, cuando dos niños pequeños salen corriendo de la ceremonia, tomados de la mano y se sientan en la banca frente a mí. Tomé una foto porque era demasiado adorable.

Después, se acercaron a mí, vieron mi cámara, y el  pelirrojo dijo: "Tome una fotografía de mí y mi novio!" Y va  por el otro para posar con él.

Sonreí al instante, pero no dije nada, y tomé la fotografía.

Les pregunté si venían con la boda y ambos guiñaron, el pelirrojo dijo "Si. Y usted sabe dos chicos pueden casarse aquí ahora, también? Yo y mi novio podemos casarnos”.

Yo sólo pensé que era muy loco y sorprendente que estos dos niños fueran tan abiertos con sigo mismos, incluso si resulta más adelante en sus vidas que no eran gays, sigue siendo increíble!

El niño castaño en algún momento tuvo un gran resbalón contra la acera, yo y mis padres corrimos a ver si estaba bien, pero tenía un raspón en el codo.

Me dijo que estaba bien, y que su mamá tenía un curita que podía usar, así que su novio le dio un beso en la boca y le tendió la mano, llevándolo a donde los adultos estaban.

Es increíble cuanto han cambiado la cosas y lo abiertos que los niños son capaces de ser.

************************************************************************

Today, I was visiting my parents and we went to the park to relax because of the nice weather.

As it turns out, a wedding was going on in the area, which isn’t uncommon for that park.

I had my camera and was taking pictures of things when two little boys run over from the wedding ceremony, hand in hand and sit on the bench in front of me. I took a picture because it was just too adorable.

Next, they come closer to me, see my camera, and the one with the red hair says “Take a picture of me and my boyfriend!” and tries to get the other one to  pose with him.

I smile at the term, but don’t say anything, and I take the picture.

I ask if they are with the wedding and they both nod, the redhead saying “Yes. And you know two boys can get married here now, too? Me and my boyfriend can get married.”

And I just thought it was so crazy and amazing that these two little boys were so open about themselves, even if it turns out later in their lives that they’re not gay, it’s still amazing.

The brown-haired kid one at one point took a pretty big spill on the pavement, and me and my parents ran over to see if he was okay, but had a scrape on his elbow.

He said he was fine, and that his mom had a band aid he could use, so his boyfriend kissed him on the mouth and held his hand, taking him over to where the adults in the wedding were.

It’s incredible how much things are changing and how open kids are able to be. 

sábado, 28 de enero de 2012

LETRA 34 : L'AMOUR...


L'amour...
¡Ay, l'amour, l'amour!...
Cogéis un lápiz y os creéis fantásticos
¡Yo también sé decir cosas!
¡Yo también soy maravillosa!
¡L'amour!

L'amour – Bunbury


¿Es el amor un arte? En tal caso, requiere conocimiento y esfuerzo. ¿O es el amor una sensación placentera, cuya experiencia es una cuestión de azar, algo con lo que uno se “tropieza” si tiene suerte?

Para la mayoría de la gente, el problema del amor consiste fundamentalmente en ser amado, y no en amar, no en la propia capacidad de amar. De ahí que el problema sea como lograr que se nos ame, como ser dignos de amor. Para alcanzar ese objetivo, se siguen varios caminos; Uno de ellos, utilizado en especial por los hombres, es tener éxito, ser tan poderoso y rico como lo permita el margen social de la propia posición, Otro, usado particularmente por las mujeres, consiste en ser atractivas, por medio del cuidado del cuerpo, la ropa, etc., para ambos tener modales agradables, conversaciones interesantes, ser útil, modesto, inofensivo. Muchas de las formas de hacerse querer son iguales de las que se utilizan para alcanzar el éxito, para -ganar amigos e influir sobre la gente-. En realidad, lo que para la mayoría de la gente de nuestra cultura equivale a digno de ser amado es, en esencia, una mezcla de “popularidad” y “sex appeal”.

La segunda premisa que sustenta la actitud de que no hay nada que aprender sobre el amor, es la suposición de que el problema del amor, es el de un objeto y no una facultad. La gente cree que amar es sencillo y lo difícil encontrar un objeto apropiado para amar o para ser amado por el.

Esa actitud (que no hay nada más fácil que amar) sigue siendo la idea prevaleciente sobre el amor, a pesar de las abrumadoras pruebas de lo contrario. Prácticamente no existe ninguna otra actividad o empresa que se inicie con tan tremendas esperanzas ni expectaciones, y que, no obstante, fracase tan a menudo como el amor. Si ello ocurriera con cualquier otra actividad, la gente estaría ansiosa por conocer los motivos del fracaso y por corregir sus errores o renunciar a la actividad. Puesto que lo ultimo es imposible en el caso de amor, solo pareciera haber una forma adecuada de superar el fracaso del amor, y es examinar las causas de tal fracaso y estudiar el significado del amor.

Cualquier teoría del amor debe comenzar con una teoría del hombre, de la existencia humana. La necesidad mas profunda del hombre es, entonces, la necesidad de superar su separación, de abandonar la prisión de su soledad. La incapacidad para alcanzarlo significa insania o destrucción (de sí mismo o de los demás). Sin amor la humanidad no podría existir un día más. Sin embargo si llamamos “amor” al logro de la unión interpersonal nos veríamos frente a una seria dificultad. La fusión puede lograrse en distintas formas -y las diferencias no son menos significativas que lo que tienen en común las diversas formas del amor-. ¿Deberíamos llamar amor a todas ellas? ¿O tendríamos que reservar la palabra amor únicamente para una forma específica de unión, una forma que ha sido la virtud ideal de todas las grandes religiones y sistemas filosóficos humanísticos en los cuatro mil años de historia occidental y oriental? Como ocurre con todas las dificultades semánticas, la respuesta solo puede ser arbitraria. Lo importante es que sepamos a que clase de unión nos referimos cuando hablamos de amor.

El amor es la preocupación activa por la vida y el crecimiento de lo que amamos. El amor es la penetración activa en la otra persona, en la que la unión satisface mi deseo de conocer. En el acto de fusión, te conozco, me conozco a mi misma, conozco a todos -y no conozco nada-. Conozco de la única manera en la que el conocimiento de lo que está vivo le es posible al hombre (por la experiencia de la unión) no mediante algún conocimiento proporcionado por nuestro pensamiento.

El sadismo esta motivado por el deseo de conocer el secreto, y, sin embargo, permanezco tan ignorante como antes, He destrozado completamente al otro ser, y, sin embargo, no he hecho más que separarlo en pedazos. El amor es la única forma de conocimiento, que, en el acto de unión, satisface mi búsqueda en el acto de amar, de entregarse, en el acto de penetrar en otra persona, me encuentro a mi misma, me descubro, nos descubro a ambas.

El amor es una actividad, no un efecto pasivo es un “estar continuando”. No un “súbito arranque”. En el sentido mas general puede describirse al carácter activo del amor afirmando que amar es fundamentalmente dar, no recibir.

¿Que es dar? Por simple que parezca la respuesta, está en realidad plena de ambigüedades y complejidades. El malentendido más común consiste en suponer que dar significa “renunciar” a algo, privarse de algo, sacrificarse. El carácter avaro está dispuesto a dar, pero solo a cambio de recibir; para el dar significa una estafa. La gente que no es productiva vive el dar como un empobrecimiento, por lo que se niega a hacerlo. Algunos hacen del dar una virtud, en el sentido de sacrificio. Sienten que, puesto que es doloroso, se debe dar, y creen que la virtud de dar está en el acto mismo de aceptación del sacrificio. Para la gente productiva dar posee un significado totalmente distinto; constituye la más alta expresión de potencia. En el acto mismo de dar, experimento mi fuerza, mi riqueza, mi poder. Tal experiencia de vitalidad y potencia exaltadas me llena de dicha. Dar produce más felicidad que recibir, no porque sea una, privación, sino porque en el acto de dar está la expresión de mi vitalidad.

¿Que le da una persona a otra? Da de sí misma, de lo más precioso que tiene, de su propia vida. Ello no significa necesariamente que sacrifica su vida por la otra, sino que da lo que esta vivo en él -da su alegría, da su interés, de su comprensión, de su conocimiento, de su humor, de su tristeza-, de todas las expresiones y manifestaciones de lo que está vivo en él. Al dar así de su vida, enriquece a la otra persona, realza el sentimiento de la vida de la otra al exaltar la suya propia. No da con el fin de recibir; dar de por si es una dicha exquisita. Pero, al dar no puede dejar de llevar a la vida algo en la otra persona, y eso que nace a la vida se refleja a su vez sobre ella; cuando da verdaderamente, no puede dejar de recibir lo que sea que da a cambio. Dar implica hacer de la otra persona un dador, y ambas comparten la alegría de lo que han creado. Algo nace en el acto de dar, y las dos personas se sienten agradecidas a la vida que nace para ambas. En lo que toca específicamente al amor, eso significa; el amor es un poder que produce amor.

El cuidado y la preocupación implican otro aspecto del amor; el de la responsabilidad. Hoy en día suele usarse ese término para denotar un deber, algo impuesto desde el exterior. Pero la responsabilidad, en su verdadero sentido, es un acto enteramente voluntario, constituye mi respuesta a las necesidades, expresadas o no, de otro ser humano. Ser “responsable” significa estar listo y dispuesto a “responder”. La responsabilidad podría degenerar fácilmente en dominación y posesividad, sino fuera por un tercer componente del amor, el respeto.

Respeto no significa temor y sumisa reverencia (respeto=respicere=mirar)
Respeto es ver una persona tal cual es, tener conciencia de su individualidad única.
Respetar significa preocuparse por que la otra persona crezca y se desarrolle tal como es. De ese modo, el respeto implica la ausencia de explotación. Quiero que la persona amada crezca y se desarrolle por si misma, en la forma en la que es propia, y no para servirme. Si amo a la otra persona, me siento uno con ella, pero con ella tal cual es, no como yo necesito que sea, como un objeto para mi uso. El respeto sólo existe sobre la base de la libertad “ l'amour est l'enfant de la liberté” dice una canción francesa: “El amor es hijo de la libertad, nunca de la dominación”.

Si una persona ama solo a una y es indiferente con el resto de sus semejantes, su amor no es amor, sino una relación simbiótica, o un egotismo ampliado. Sin embargo, la mayoría de la gente supone que el amor esta constituido por el objeto, no por la facultad. En realidad llegan a creer que el hecho que no aman sino a una determinada persona prueba la intensidad de su amor. Puede compararse esa actitud con la de un hombre que quiere pintar, pero que en lugar de aprender sostiene que debe esperar el objeto adecuado, y que pintara maravillosamente bien cuando lo encuentre.

Si amo realmente a una persona, amo a todas las personas, amo al mundo, amo la vida. Si puedo decirle a alguien “Te Amo” debes poder decirle “Amo a Todos en Ti”, a través de ti amo al mundo, en ti me amo a mi misma.

El amor fraterno es amor entre hermanos; el amor materno es amor por el desvalido. Diferentes como son entre si, tienen en común, el hecho de que, por su misma naturaleza, no están restringidos a una sola persona. En contraste en ambos tipos de amor esta el amor de pareja: el anhelo de fusión completa, de unión con una única persona, por su propia naturaleza, es exclusivo y no universal; es también quizás, la forma de amor más engañosa que existe. En primer lugar, se lo confunde fácilmente con la experiencia explosiva de “enamorarse”; el súbito derrumbe de las barreras que existían hasta ese momento entre dos desconocidos. Pero tal experiencia de repentina intimidad es, por su misma naturaleza, de corta duración. Cuando el desconocido se ha convertido en una persona íntimamente conocida, ya no hay más barreras que superar, ningún súbito acercamiento que lograr. Se llega a conocer a la persona “amada” tan bien como a uno mismo, o, quizá, seria mejor decir tan poco. Si la experiencia de la otra persona fuera mas profunda, si se pudiera experimentar la infinitud de su personalidad, nunca nos resultaría tan familiar (y el milagro de salvar las barras podría renovarse a diario).

Pero para la mayoría de la gente, su propia persona, tanto como las otras, resulta rápidamente explorada y agotada. Para ellos, la intimidad se establece principalmente a través del contacto sexual. Puesto que experimenta el vacío de la otra persona, fundamentalmente como un vacío físico, la unión física significa superar el vacío.

Hay personas que superan el vacío al hablar de la propia vida, de las esperanzas y angustias, mostrar los propios aspectos infantiles, establecer un interés común frente al mundo – Se consideran formas de salvar el vacío. Aun la exhibición de enojo, odio, de absoluta falta de inhibición, se consideran pruebas de intimidad. Pero la intimidad de este tipo tiende a disminuir cada vez más a medida que transcurre el tiempo. El resultado es que se trata de encontrar amor en la relación con otra persona, con un nuevo desconocido. El carácter engañoso del deseo sexual contribuye al mantenimiento de tales ilusiones.

El deseo sexual tiende a la fusión ( y no es en modo alguno solo apetito físico, el alivio de una tensión penosa). Pero el deseo sexual puede ser estimulado por la angustia de la soledad, por el deseo de conquistar o de ser conquistado, por la vanidad por el deseo de herir y aun de destruir, tanto como por el amor. Parecería que cualquier emoción intensa, el amor entre otras, puede estimular y fundirse con el deseo sexual. Como la mayoría de la gente une el deseo sexual a la idea del amor, con facilidad incurre en el error de creer que se ama cuando se desea físicamente.

Es frecuente encontrar a dos personas “enamoradas” la una de la otra que no sienten amor por nadie más. Su amor es, en realidad un egotismo, son dos seres que se identifican uno con el otro, y que resuelven el problema del vacío convirtiendo al individuo aislado en dos. Tienen la vivencia de superar el aislamiento, pero puesto que están separados del resto de la humanidad y todo lo que vive.

Es exclusivo solo en el sentido de que puedo fundirme plena e intensamente con una sola persona. El amor de pareja excluye el amor por los demás solo en el sentido de la fusión erótica, de un compromiso total en todos los aspectos de la vida, - pero no en el sentido de un amor fraterno profundo-.

El amor de pareja, si es amor, tiene una premisa. Amor desde la esencia del ser ( y vivenciar a la otra persona en la esencia de su ser). En esencia, todos los seres humanos son idénticos. Somos todos parte de uno; somos uno...siendo así, no debería importar a quien amamos. El amor debe ser esencialmente un acto de voluntad, de decisión de dedicar toda nuestra vida a la otra persona. Ese es, sin duda, el razonamiento que sustenta la idea de la indisolubilidad del matrimonio tradicional. Así como las muchas formas de matrimonio tradicional, en la que ninguna de las partes elige a la otra, sino que alguien los elije por ellos, a pesar de lo cual se espera que se amen mutuamente. En la cultura occidental contemporánea, tal idea parece totalmente falsa. Suponese que el amor es el resultado de una reacción espontanea y emocional, de la súbita aparición de un sentimiento irresistible. De acuerdo con este criterio, solo se consideran las peculiaridades de los dos individuos implicados. Se pasa así por alto un importante factor del amor en pareja, el de la voluntad. Amar a alguien no es meramente un sentimiento poderoso, - es una decisión, es un juicio, es una promesa.-

Si el amor no fuera más que un sentimiento, no existirían bases para la promesa de amarse eternamente. Un sentimiento comienza y puede desaparecer. ¿Como puedo yo juzgar qué durara eternamente, si mi acto no implica juicio y decisión?

Tomando en cuenta esos puntos de vista, cabe llegar a la conclusión de que el amor es exclusivamente un acto de la voluntad y el compromiso, y de que, por lo tanto, en esencia no importa demasiado quienes son las dos personas. Sea que el matrimonio haya sido decidido por terceros, o el resultado de una elección individual, una vez celebrada la unión, el acto de la voluntad debe garantizar la continuación del amor.

Tal posición parece no considerar el carácter paradójico de la naturaleza humana y del amor en pareja. Todos somos uno; no obstante, cada uno de nosotros es una entidad única e irrepetible. Idéntica paradoja se repite en nuestras relaciones con los otros. En la medida en la que todos somos uno, podemos amar a todos de la misma manera, en el sentido del amor fraternal. Pero la medida en la que todos también somos diferentes, el amor en pareja requiere ciertos elementos específicos y altamente individuales que existen entre algunos seres, pero no entre todos.

El amor maduro significa unión a condición de preservar la propia integridad, la propia individualidad. El amor es un poder activo en el hombre, un poder que atraviesa las barreras que separan al hombre de sus semejantes y lo une a los demás; el amor lo capacita para superar sus sentimientos de aislamiento y separatividad, y no obstante le permite ser el mismo, mantener su integridad.

En el amor se da la paradoja de dos seres que se convierten en uno y, no obstante, siguen siendo dos.